¿Quién nos puede educar en inteligencia emocional?
Sin duda, quienes ejercen una influencia decisiva durante la infancia: los padres, familiares, profesores y amigos.
Yo de este grupo me quedaría sin duda con dos grupos importantes y que los niños toman como referencia durante sus primeros años, que son los padres y los profesores. Qué importante es que desde nuestra niñez, se trabajen las emociones que sentimos. Aunque igual de cierto es que los niños no vienen con un manual debajo del brazo y que padres y educadores muchas veces necesitaríamos un cursillo exprés para atender las necesidades emocionales, primero las nuestras ( conocerlas, identificarlas y gestionarlas seria primordial) para después poder desarrollar el potencial emocional de nuestros hijos o alumnos.
Los científicos han demostrado que un cuidado intenso por parte de un adulto cariñoso, que infunda confianza, puede hacer que los niños tengan una mayor autoestima, sean más listos, crezcan más sanos, y más aptos para hacer frente al estrés. Poseerán estas cualidades toda su vida y las transmitirán a sus hijos.
Desde su niñez, el pequeño anhela recibir: nutrición, afecto, cuidados y a medida que crece y comienza a expandirse su contacto con el resto del mundo, el sentirse querido y comprendido se convierte en la meta principal. Dado su escaso nivel de experiencia, su manera de comprobar esto es, a través de los comentarios positivos y cariñosos que recibe, o por el contrario comentarios desdeñosos y negativos que minaran su autoestima.
La autoestima es uno de los pilares de la inteligencia emocional y es muy importante trabajarla desde la infancia, porque una vez que arraiga su fuerza es muy profunda y es difícil de modificar. Cuanto mas hagamos porque crezca en forma positiva mas posibilidades habrá de formar adolescentes y adultos que creen en si mismos, que son fuertes, que creen en sus potenciales y que luchan por alcanzar sus objetivos y éxitos.
Al contrario tendremos personas que piensen que la vida y ellos mismos son así, y no pueden hacer nada por cambiar, dejaran en manos de los demás su propio destino, no siendo responsables de sus acciones. Serán adolescentes y adultos, con una percepción equivocada de que la felicidad viene de fuera y no que esta dentro de cada de uno, no creerán en su poder para cambiar lo que no les satisface, y alimentaran su sentido de desdicha e inferioridad.
Por lo dicho, es muy importante el papel que como padres y como educadores ejercemos. La buena noticia, es que sin duda la inteligencia emocional se puede entrenar y que a la larga dará resultados, eso si como todo trabajo, para lograrlo hay que invertir tiempo, energía, ilusión y voluntad.
“Podemos convertirnos en lo que elijamos. No debemos contentarnos con la mediocridad. Debemos intentar llegar a las mayores alturas, poniendo todo nuestro esfuerzo para lograrlo”.
Pico della Mirandola (1463-1494)
Fuente: Tu inteligencia: como entenderla y mejorarla.
Alejandra Vallejo-Nájera
Roberto Colom
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